La causa Nisman: entre silencios y sospechas de asesinato

MundoAyer
Nisman

A una década de la muerte del fiscal que denunció a Cristina Fernández de Kirchner, persisten las dudas, y nuevos elementos reabren la hipótesis de un crimen político cuidadosamente encubierto. El 18 de enero de 2015, el fiscal Alberto Nisman fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en su departamento de Puerto Madero. El hecho ocurrió un día antes de que presentara en el Congreso su denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a quien acusaba de encubrir a los sospechosos iraníes del atentado a la AMIA mediante el Memorándum de Entendimiento con Irán.

A pesar de que sectores cercanos al kirchnerismo, como la autora Silvina Romano en su libro Lawfare (CLACSO, 2025) sostienen que Nisman se suicidó y que su muerte formó parte de una campaña mediática de persecución judicial (lawfare), existen elementos que refuerzan la hipótesis de un asesinato con móviles políticos, aún no esclarecido.
Si bien las primeras pericias oficiales del Cuerpo Médico Forense (CMF) apuntaban a un suicidio, un peritaje posterior realizado por la Gendarmería Nacional en 2017 determinó que el disparo que terminó con la vida de Nisman no pudo haber sido autoinfligido. Según este informe, hubo manipulación del cuerpo y presencia de ketamina, sustancia que podría haber sido utilizada para inmovilizarlo.


La escena del crimen alterada:
El departamento de Nisman fue irrumpido por varias personas antes de que llegara la fiscal de turno, Viviana Fein. Esta irregularidad compromete la cadena de custodia y debilita la hipótesis del suicidio, al tiempo que refuerza la posibilidad de encubrimiento.

Nisman murió justo antes de presentar públicamente pruebas que, según él, comprometían a funcionarios de alto nivel en un pacto secreto con Irán. Se trataba de una denuncia de gran peso político en año electoral. El momento elegido para quitarle la vida, si se trató de un asesinato, tenía el potencial de desatar una crisis institucional, como efectivamente ocurrió.
Días antes de morir, Nisman expresó temores por su seguridad y la de sus hijas. De hecho, había asegurado públicamente que no se quitaría la vida. Cambió su itinerario de regreso desde Europa, aumentó su custodia y trabajó febrilmente en su presentación judicial. Su repentino fallecimiento no se corresponde con un perfil suicida.
Implicancias internacionales:
La denuncia de Nisman tocaba intereses de gran calado, no solo del gobierno argentino, sino también del régimen iraní y actores internacionales involucrados en la investigación del atentado a la AMIA. La posibilidad de que servicios de inteligencia —locales o extranjeros— hayan tenido un rol en su muerte no puede ser descartada.
Aunque Silvina Romano argumenta que el caso fue utilizado como herramienta de lawfare contra CFK, el volumen de irregularidades, la relevancia del contexto y las dudas no resueltas fortalecen la hipótesis del asesinato. En lugar de ser un montaje mediático, podría haberse tratado de una ejecución destinada a silenciar al fiscal y generar un efecto desestabilizador, sea contra el gobierno o en el marco de pujas entre servicios de inteligencia.

Un informe realizado por 24 expertos de la Gendarmería Nacional en el año 2017 concluyó que la muerte de Alberto Nisman fue un homicidio. El estudio detalló que el fiscal fue golpeado y drogado con ketamina antes de ser ejecutado a sangre fría. Los peritos indicaron que "la muerte violenta de Nisman se trató de un homicidio". Además, se observó que el arma utilizada fue encontrada en el piso, detrás del cuello del fiscal, lo que sugiere que el agresor dejó el arma allí tras el disparo .

La junta médica, conformada por 13 miembros del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia (2015) emitió un informe en el que se indicó que no había evidencia médico-legal de participación de terceras personas en la muerte de Nisman. Sin embargo, este informe fue emitido antes de la pericia de la Gendarmería y no consideró los nuevos elementos que surgieron posteriormente .infobae+2Ámbito Financiero+2Cij+2infobae+1Ámbito Financiero+1

 
El experto en análisis de manchas de sangre, Juan Santos Lovatón (2017), realizó un estudio independiente que contradijo las conclusiones de la Gendarmería. Lovatón afirmó que las manchas de sangre en el baño indicaban que Nisman estaba solo en el momento de su muerte, lo que sugiere que no hubo participación de otras personas en el acto

A diez años de su muerte, la causa sigue abierta. La justicia argentina aún no ha dado respuestas concluyentes, y la sociedad permanece dividida entre dos narrativas: la de un suicidio impulsado por la presión y el aislamiento, y la de un asesinato político que aún no encuentra culpables, pero cuyas huellas están cada vez más claras.

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