En busqueda de mejores aprendizajes, se piensa en la desdigitalización de las aulas

Actualidad13 de agosto de 2024
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En los últimos tiempos, los medios de comunicación han reportado una tendencia hacia la desdigitalización de la educación, con un enfoque especial en el tiempo que los estudiantes pasan frente a las pantallas. Un ejemplo notable es el caso de Suecia, que supuestamente ha implementado un proceso de desdigitalización en sus aulas. Sin embargo, un análisis más profundo revela que no se trata de eliminar la tecnología, sino de reconsiderar su uso, especialmente en cuanto al tiempo que los estudiantes pasan frente a dispositivos electrónicos.

Digitalización en la Educación

La digitalización ha transformado las aulas, ofreciendo herramientas tecnológicas que facilitan la transferencia de información, mejoran la concentración, y fomentan la autonomía, el razonamiento crítico y la colaboración entre estudiantes y docentes. No obstante, también presenta desafíos como distracciones, la propagación de información falsa y una disminución del contacto humano, lo que puede intensificar el acoso escolar y afectar el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas.

El Observatorio Educativo de Profuturo señala que el verdadero reto no es la dicotomía entre tradición y tecnología, sino la integración eficaz de herramientas digitales en la educación. La tecnología educativa no debe limitarse a reemplazar libros físicos con dispositivos, sino que debe transformar la experiencia educativa, complementando lo analógico y personalizando el aprendizaje según las necesidades de cada estudiante.

El uso de pantallas en la educación ofrece beneficios como acceso a recursos educativos y presentaciones visuales, pero también puede causar distracciones, fatiga visual y dependencia tecnológica, afectando habilidades tradicionales y la salud ocular. Estudios indican que un tiempo excesivo frente a las pantallas está relacionado con estilos de vida sedentarios, aumento del riesgo de obesidad y problemas de salud, especialmente en niños y adolescentes. Además, afecta los patrones de sueño, lo que puede tener consecuencias negativas a largo plazo, como problemas de salud cardiovascular.

En adultos, el tiempo excesivo frente a las pantallas se asocia con un mayor riesgo de padecer enfermedades como hipertensión, diabetes, enfermedades cardíacas y mentales, como la depresión. Por lo tanto, se recomienda reducir el tiempo frente a las pantallas a menos de cuatro horas diarias para adultos y menos de dos horas para niños y adolescentes.

El uso excesivo de tecnología puede impactar negativamente las actividades académicas y laborales. La UNESCO, en su informe "Tecnología en la educación: ¿una herramienta en los términos de quién?", recomienda limitar el uso de smartphones en las aulas y destaca la importancia de las interacciones humanas en el proceso educativo. El informe subraya que, aunque la tecnología puede facilitar el aprendizaje, no siempre equivale a progreso y puede interferir en las clases y exponer a los estudiantes a riesgos como el ciberacoso.

Más que desdigitalizar las aulas, se propone fomentar hábitos digitales saludables y un uso adecuado de la tecnología en la educación. La alfabetización digital es clave, entendida como la capacidad de realizar tareas en un entorno tecnológico de manera crítica y responsable. Se recomienda a los docentes establecer objetivos claros, capacitarse continuamente en el uso de dispositivos, asegurar la equidad en el acceso a la tecnología, y fomentar un uso ético y seguro de las herramientas digitales.

La tecnología es una parte integral de la educación moderna, y su uso en las aulas debe ser equilibrado, reflexivo y orientado a mejorar la experiencia educativa. No se trata de eliminar la digitalización, sino de utilizarla de manera inteligente y con propósito, asegurando que las aulas sean espacios donde la tecnología complemente y enriquezca el proceso de aprendizaje en lugar de dominarlo o sustituirlo. En el caso de Suecia, no se trató de una desdigitalización, sino de una adquisición estratégica de más libros, demostrando que la clave está en encontrar un balance adecuado entre lo digital y lo tradicional.

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