
Murió Armand Mattelart, el pensador que transformó la forma de entender la comunicación
El intelectual belga, autor de “Para leer al Pato Donald”, falleció a los 89 años. Su obra marcó generaciones y sentó las bases del pensamiento crítico sobre los medios y la cultura.
General03 de noviembre de 2025
Sergio Quiroga
El pasado viernes 31 de octubre falleció a los 89 años Armand Mattelart, uno de los más influyentes teóricos de la comunicación contemporánea. De origen belga, Mattelart dedicó su vida al estudio de las relaciones entre comunicación, poder y política, dejando una huella profunda en el pensamiento crítico latinoamericano y global.
Doctor en Derecho por la Universidad de Lovaina (Bélgica) y especializado en demografía en la Sorbona (Francia), Mattelart llegó a Chile en los años sesenta, donde se vinculó con la Universidad Católica. Allí comenzó a desarrollar una mirada comprometida con los procesos sociales y culturales de América Latina.
En 1971, junto al escritor chileno Ariel Dorfman, publicó Para leer al Pato Donald, una obra emblemática que desnudó los mensajes ideológicos presentes en los productos de la cultura de masas, en particular los cómics de Disney. El libro se convirtió en un texto de referencia en los estudios sobre imperialismo cultural y comunicación política.
Durante las décadas de 1970 y 1980, Mattelart consolidó su papel como referente del pensamiento crítico, abordando temas como la globalización, la economía de los medios y el control de la información. Entre sus obras más destacadas figuran La Comunicación-Mundo, Multinacionales de la Comunicación, La Invención de la Comunicación y, junto a Michèle Mattelart, Historia de las teorías de la comunicación, Diversidad cultural y mundialización y Un mundo vigilado.
Para Mattelart, la comunicación era un campo de disputa política y un espacio clave en la construcción de ciudadanía. “Democratizar la información es también democratizar la sociedad”, sostenía el autor, convencido de que el acceso equitativo al conocimiento era condición fundamental para cualquier proyecto social emancipador.
Su trayectoria fue reconocida con diversos doctorados Honoris Causa por universidades como La Habana, Valladolid, Málaga y la Autónoma de Nuevo León. Con su muerte, el mundo académico y cultural pierde a uno de los pensadores más lúcidos en la reflexión sobre los medios, pero su legado seguirá vivo en quienes entienden la comunicación como un instrumento de transformación social.




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