
Running y yoga: dos caminos que se encuentran en el bienestar Integral
Actualidad08 de octubre de 2025
En un mundo cada vez más consciente de la salud física y mental, el running y el yoga se han convertido en dos de las prácticas más populares y complementarias. Aunque a simple vista parecen opuestas —una explosiva y cardiovascular, la otra introspectiva y pausada— ambas comparten un mismo propósito: mejorar la calidad de vida desde el movimiento, la constancia y la conexión con el propio cuerpo. El Centro de Actividades Holisticas "Circuulo de Luz" desarrolla gran actividad respecto a la popularizacion y practica del yoga.
Correr: una disciplina de resistencia y energía
El running es un ejercicio cardiovascular de alto impacto que exige dinamismo y determinación. Su práctica regular fortalece el corazón, mejora la circulación y reduce los riesgos de enfermedades cardiovasculares. Pero su alcance va más allá del plano físico. Correr genera una sensación de libertad difícil de igualar y activa la llamada “euforia del corredor”, producto de la liberación de endorfinas que reducen el estrés y elevan el ánimo. Además, es una actividad accesible: requiere poco más que un buen calzado y disposición. Desde los planes “caminar-correr” para principiantes hasta los desafíos de media maratón, el running ofrece objetivos medibles —distancia, tiempo, ritmo y frecuencia cardíaca— que permiten seguir el progreso con precisión y motivación.

Running
Yoga: equilibrio, fuerza y conciencia
Del otro lado del espectro se encuentra el yoga, una práctica milenaria que integra cuerpo, mente y respiración. A diferencia del running, su energía es interna y su ritmo, pausado. Favorece la flexibilidad, la fuerza funcional y la movilidad articular, al tiempo que reduce el estrés mediante técnicas de respiración y meditación. Cada postura o asana invita a la concentración y al autoconocimiento. Con el tiempo, la práctica constante corrige la postura, mejora la alineación corporal y fortalece los músculos del core, generando una base sólida para cualquier otra actividad física.
Lejos de ser prácticas excluyentes, el running y el yoga se potencian mutuamente. El primero desarrolla la potencia y la resistencia; el segundo, la flexibilidad y la estabilidad estructural necesarias para sostenerlas. Un corredor que incorpora yoga a su rutina gana elasticidad, mejora su zancada y reduce el riesgo de lesiones gracias al fortalecimiento del core y al trabajo de movilidad articular. Por su parte, quien practica yoga y suma el running incrementa su capacidad cardiovascular, fortalece sus huesos y entrena la disciplina del esfuerzo sostenido.En tiempos donde el estrés y la desconexión corporal son moneda corriente, el equilibrio entre ambas prácticas ofrece un camino posible hacia el bienestar integral. Correr enseña a avanzar pese al cansancio; el yoga, a detenerse y escuchar. Combinados, construyen una filosofía de vida basada en el movimiento consciente: fuerza y flexibilidad, potencia y serenidad, acción y pausa. Dos caminos distintos, que cuando se cruzan, conducen al mismo destino: un cuerpo sano, una mente clara y una vida más plena.






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