La Academia Nacional de Periodismo premió a Leila Guerriero y Jorge Fernández Díaz y homenajeó a Jorge Lanata

ActualidadHace 5 horas
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Imagen Perfil

En un clima de creciente tensión entre el Gobierno y la prensa, la Academia Nacional de Periodismo celebró el Día del Periodista con la entrega de su máxima distinción, la Pluma de Honor, a dos figuras destacadas del oficio: Leila Guerriero y Jorge Fernández Díaz. Además, se otorgó de manera póstuma el reconocimiento de académico honorario a Jorge Lanata, fallecido en 2024, en un acto cargado de emoción y reivindicación del rol del periodismo libre.

El presidente de la Academia, Joaquín Morales Solá, fue el anfitrión de la ceremonia y no eludió la coyuntura política. En su discurso, denunció el “hostigamiento casi diario” por parte del presidente de la Nación hacia el periodismo y advirtió que el Gobierno promueve una amenaza incluso más grave que la censura directa: la autocensura. “Muchos prefieren callar para evitar la descalificación por parte de quien ocupa la más alta magistratura”, señaló. “No existe la libertad sin un periodismo libre que pueda trabajar con tranquilidad”, insistió, en una frase que resonó como consigna entre los presentes.

La ceremonia se convirtió así en una afirmación de principios en un momento en que la prensa es blanco frecuente del poder político. Morales Solá fue contundente: “Nunca en democracia un Presidente ha atacado tanto al periodismo en un solo mes, como ocurrió el mes pasado. Basta, ya es demasiado”.

Trayectorias reconocidas
La primera en recibir la Pluma de Honor fue Leila Guerriero, periodista y escritora consagrada por libros como Los suicidas del fin del mundo y La llamada. En su discurso, Guerriero recordó a dos figuras clave en su carrera: Jorge Lanata, quien le dio su primer trabajo en Página/30 en los años 90, y Jorge Fernández Díaz, quien le tendió una mano tras su salida de La Nación en 2009. “Este premio está ligado a dos hombres que marcaron mi camino: uno que vio a una periodista en mí antes que yo misma; otro que, con más experiencia, me tendió una mano en un momento difícil”, destacó. Guerriero cerró con una reflexión sobre su compromiso con la profesión: “No sé si hice mucho por la libertad de expresión, pero intento contar historias sin simplificar, con matices y contradicciones. No se trata de llegar primero ni más rápido, sino de llegar mejor”.

El momento más emotivo del acto llegó con el homenaje póstumo a Jorge Lanata. Sus hijas, Bárbara y Lola, subieron al escenario para recibir el diploma que lo nombra académico honorario. “Este reconocimiento le habría significado mucho, no solo por su carrera, sino porque siempre defendió la libertad de expresión”, dijeron. Recordaron a su padre como un incansable contador de historias y proyectos, y subrayaron que su voz sigue viva.

Advertencia contra la manipulación
También distinguido con la Pluma de Honor, Jorge Fernández Díaz —miembro de la Academia Argentina de Letras y reciente ganador del Premio Nadal por su novela El secreto de Marcial— centró su intervención en los riesgos actuales que enfrenta la prensa. “El periodismo está en la mira del poder. Hoy es acosado por quienes usan las redes y la tecnología para desacreditar a quienes no se alinean con el oficialismo que quiere domesticar nuestra profesión”, advirtió.

En un tiempo de desinformación viral y ataques sistemáticos desde las más altas esferas del poder, la ceremonia de la Academia Nacional de Periodismo fue, más que una celebración, un acto de resistencia. Un recordatorio de que, incluso en tiempos difíciles, la verdad sigue teniendo quien la escriba.
 
 
 

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