Caso Luna Martínez: 35 Años de Impunidad y Silencio

Mundo10 de febrero de 2025
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Imágenes El Merlino

El caso Luna Martínez es uno de los crímenes más macabros y conmocionantes en la historia reciente de la provincia de San Luis, Argentina. Ocurrió el 14 de diciembre de 1989, cuando dos niños, Carlos Luna y Fernando Martínez, de 10 y 11 años respectivamente, fueron asesinados de manera brutal en Villa Mercedes. Esa noche, los niños fueron vistos por última vez en el barrio 960 viviendas, y horas después sus cuerpos fueron hallados semidesnudos, embarrados y con señales evidentes de tortura en un canal de riego cercano.

Las circunstancias del hallazgo fueron escalofriantes. Uno de los niños tenía las manos atadas a la espalda, mientras que el otro presentaba una profunda herida en el pecho y un alambre enroscado en su cuello en forma de cruz. La escena del crimen fue irregularmente manejada, lo que generó sospechas desde el principio. Se permitió la entrada de personas ajenas a la investigación, y los cadáveres fueron manipulados, eliminando importantes pruebas.

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Imágenes El Merlino

La investigación fue sumamente defectuosa y estuvo marcada por la tortura y la falta de transparencia. Se acusó injustamente a la familia Amitrano, quienes fueron torturados para que se declararan culpables del crimen. A pesar de que se probó la inocencia de uno de los detenidos, el caso nunca fue esclarecido. La presión política fue intensa, y el entonces gobernador Adolfo Rodríguez Saá, en su segundo mandato, intentó presionar para que se indagara a la familia Amitrano. Sin embargo, aquellos jueces que no cedieron a la presión política fueron destituidos, y la investigación no avanzó.

Después de más de un año de encierro y torturas, la familia Amitrano fue liberada, pero la investigación siguió estancada. En 1999, Clara Amitrano denunció que el gobierno de Rodríguez Saá había desviado la investigación para proteger a funcionarios del gobierno. A finales de 2001, el caso cobró nuevo impulso con la detención de Pablo Francisco Escobar, alias “El Tenaza”, quien era amigo de los niños y ya estaba preso por otros delitos, pero aún quedaban muchas dudas sin resolver.

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A lo largo de los años, la impunidad en torno al caso se ha mantenido, y el pueblo de San Luis recuerda con dolor a los niños que murieron tan jóvenes. Aunque el tiempo ha pasado, la memoria colectiva sigue viva, pues 33 años después, el crimen sigue impune. La historia del caso Luna Martínez es un claro ejemplo de la deuda de justicia que existe con las víctimas y una memoria que no se borra, recordando constantemente el sufrimiento de los niños y el pedido de justicia que aún está pendiente.

Hoy, a pesar de la pérdida física de la pequeña capillita en el campo que conmemoraba a los niños, la memoria de los mismos persiste en el pueblo, recordando las injusticias y la impunidad de un caso que aún espera ser resuelto. 33 años de impunidad, 33 años sin justicia para Carlitos y Fernandito, aunque la memoria de lo sucedido sigue viva, marcando un recuerdo imborrable en la conciencia de todos.

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