Donald Trump asumió el cargo como 47.º presidente de Estados Unidos

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El 20 de enero de 2025, Donald Trump asumió el cargo como 47.º presidente de Estados Unidos, marcando un hito en la historia al convertirse en el mandatario de más edad en asumir el poder en su país. Su llegada a la Casa Blanca, aunque histórica, fue precedida por un tumultuoso final de su primer mandato, que incluyó la pérdida de su intento de reelección, varios intentos de destitución, cargos penales y hasta una condena por algunos de ellos. Además, Trump sobrevivió a un atentado contra su vida, lo que solo subraya la polarización y tensión que ha acompañado su figura durante y después de su primer mandato.

En su discurso inaugural en el Capitolio, Trump proclamó el inicio de lo que llamó "la edad de oro de EE. UU." y afirmó que era el momento de recuperar la soberanía, restaurar la seguridad y reequilibrar la balanza de la justicia. Aseguró que la principal prioridad de su gobierno sería crear una nación "orgullosa, próspera y libre", un mensaje que resonó con sus seguidores, pero que también continuó polarizando a la nación, ya que ese mismo Capitolio había sido escenario, solo dos semanas antes, de un violento intento de sus seguidores por evitar la transferencia pacífica del poder.

Antes de que Trump asumiera oficialmente el cargo, el entonces presidente Joe Biden, en su último día de mandato, otorgó cinco perdones incondicionales a miembros de su familia, quienes, aunque no habían sido acusados de delitos, habían sido objeto de múltiples investigaciones y ataques por parte de los republicanos. Durante su campaña, Trump había insinuado que podría utilizar el Departamento de Justicia para investigar a la familia Biden, lo que subrayó las tensiones políticas que han marcado los últimos años en el país.

La ceremonia de cambio de mando, que coincidió con el feriado por el cumpleaños de Martin Luther King Jr., fue una jornada de celebraciones, pero también un día en el que Trump comenzó a poner en marcha las primeras acciones de su gobierno. Uno de los aspectos más notables fue la firma de varias órdenes ejecutivas, que indicaron el tono enérgico de su administración y un marcado contraste con las políticas de su predecesor, Joe Biden. Estas órdenes reflejan su promesa de un cambio de rumbo drástico en temas clave como el cambio climático, la inmigración y la justicia penal.

Entre las medidas tomadas por Trump, destacó su decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, una de sus promesas más sonadas durante su campaña. Esta decisión fue vista como un retroceso en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático y fue recibida con críticas tanto a nivel nacional como internacional. Además, Trump prometió indultar a cientos de personas procesadas por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, una promesa que generó controversia, ya que muchos de los involucrados en el ataque enfrentan graves cargos relacionados con la insurrección y el intento de desestabilizar la democracia estadounidense.

Otro cambio significativo fue la orden de suspender el uso de la aplicación CBP One, una herramienta implementada por el gobierno de Biden para gestionar los cruces fronterizos ilegales. Esta medida tuvo un impacto inmediato en las comunidades fronterizas de México, donde personas que habían programado citas para presentarse ante las autoridades migratorias se vieron afectadas. Además, Trump despidió a varios funcionarios clave del sistema de cortes de inmigración, lo que reflejó su intención de reformar radicalmente las políticas migratorias y dar un giro hacia una postura más estricta en este tema.

Trump también sorprendió con su propuesta de eliminar la ciudadanía por nacimiento para ciertos individuos, una medida que, de ser implementada, requeriría una modificación de la Constitución de Estados Unidos, lo que plantea dudas sobre la viabilidad legal de esta promesa. Aunque la propuesta generó escepticismo, es evidente que Trump continúa impulsando una agenda nacionalista y conservadora que buscaría redefinir aspectos fundamentales de la política estadounidense.

Además de las órdenes ejecutivas, los detalles de la ceremonia de inauguración también llamaron la atención. El atuendo de la primera dama, Melania Trump, destacó por su sombrero, que parcialmente le ocultaba el rostro, un detalle que captó la atención de los medios y la opinión pública. También fue notable la ausencia de Michelle Obama en la ceremonia, lo que suscitó especulaciones sobre las relaciones políticas y personales entre las figuras clave de la política estadounidense. Por otro lado, Barron Trump, el hijo menor del presidente, se ganó la atención del público, reflejando su creciente popularidad. La presencia destacada de magnates de la industria tecnológica en los festejos también subrayó la influencia que el sector privado sigue ejerciendo sobre la política estadounidense.

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