Enseñar felicidad

Un reto educativo

General22 de febrero de 2024Sergio QuirogaSergio Quiroga
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GagliardiPhotography/Shutterstock.com

El propósito de la escuela, según el Departamento de Educación del Reino Unido, es brindar a los niños el mejor comienzo posible en la vida y prepararlos para el futuro. Dado que el objetivo es formar individuos que contribuyan positivamente a la sociedad, se argumenta que las escuelas deberían enseñar la felicidad.

Aunque algunos sostienen que los padres deberían encargarse de esto, se señala que muchos no saben cómo ser felices o transmitir la felicidad de manera consciente. Además, algunos padres pueden ser abusivos y no enseñarán a sus hijos a superar el daño causado. Para garantizar que la educación en felicidad sea uniforme y controlada, se argumenta que las escuelas deben asumir este papel. Se visualiza un futuro en el que la educación en felicidad sea una parte esencial del currículo escolar, demostrando la importancia de aprender a leer, escribir, realizar cálculos matemáticos, conocer historia, arte, ciencia y buscar el bienestar interior.

La importancia de enseñar la felicidad en las escuelas radica en su papel fundamental en la formación de individuos que contribuyan positivamente a la sociedad. Si el propósito de la escuela es proporcionar a los niños el mejor comienzo en la vida y prepararlos para el futuro, la felicidad emerge como una habilidad esencial. Aunque algunos argumentan que los padres deberían encargarse de esto, se señala que muchos no saben cómo enseñar la felicidad, y algunos padres abusivos no lo harán. La educación en felicidad, al ser estandarizada en las escuelas, se presenta como la única forma de asegurar que todos los miembros de la sociedad tengan acceso a las herramientas necesarias para llevar vidas saludables y plenas. Se proyecta un futuro en el que la educación en felicidad sea un requisito para graduarse, destacando la necesidad de adquirir hábitos poderosos para la búsqueda del bienestar interior.

La iniciativa de las "Escuelas Felices" de la UNESCO aborda los desafíos actuales en los sistemas educativos, como la crisis de aprendizaje, el abandono escolar, la desigualdad y el desajuste entre educación y empleo. La UNESCO propone el concepto holístico de "escuelas felices" que prioriza el bienestar de estudiantes y docentes como plataforma integral para mejorar la experiencia y resultados del aprendizaje. La felicidad en la escuela se posiciona como un elemento clave para abordar las metas de desarrollo sostenible.

El sistema educativo enfrenta desafíos globales como la crisis de aprendizaje, el abandono escolar y la desigualdad. La UNESCO promueve "escuelas felices" como un enfoque integral para mejorar el bienestar y resultados del aprendizaje, destacando la importancia de decisiones políticas globales. La felicidad en la escuela se define como un lugar que promueve el aprendizaje, la salud y el bienestar, basado en cuatro pilares: personas, procesos, lugares y principios. La UNESCO organiza seminarios web para explorar estos pilares y fomentar la comprensión de las escuelas felices.

Las "Escuelas Felices" priorizan experiencias colaborativas para mejorar los resultados del aprendizaje, contribuyendo a la meta 4.1 de educación primaria y secundaria equitativa y de calidad para 2030. La felicidad en la escuela combate el abandono escolar y la escasez de docentes, apoyando el logro de metas sostenibles. La UNESCO invita a convertirse en país campeón o socio de Escuelas Felices. Se fomenta la participación a través del contacto con [email protected] y uniéndose a la comunidad global en LinkedIn.

La UNESCO busca replantear los sistemas educativos desde la perspectiva de la felicidad, desarrollando un marco mundial de "Escuelas Felices". Se enfoca en el aprendizaje mutuo, seminarios web, informes globales y planes para involucrar a más países en el desarrollo de un marco nacional de "Escuelas Felices".

  • Los planes de estudio, la pedagogía y la evaluación deben alinearse para reducir el estrés y promover un aprendizaje positivo.
  • Los planes de estudios deben ser interdisciplinarios, enfocándose en el desarrollo académico y socioemocional.
  • La pedagogía debe centrarse en enfoques cooperativos y activos, con formación continua para los docentes.
  • La evaluación formativa y la autoevaluación empoderan a los estudiantes y reflejan la progresión del aprendizaje.
  • La reflexión propia y comunitaria, junto con prácticas que promueven factores de protección y minimizan riesgos, son esenciales para un ecosistema escolar saludable.
  • Las escuelas pueden ser centros comunitarios integrales, abarcando nutrición, salud, ocio, artes y aprendizaje intergeneracional.

Diversos psicólogos e instituciones a nivel mundial respaldan la idea de que la felicidad, al igual que otras materias, se aprende y se construye desde la niñez. La capacidad de un niño para ser feliz se vincula con su autorrealización y desarrollo de un sentido de vida.  La seguridad emocional y un entorno libre de bullying en el colegio son considerados factores determinantes para el bienestar infantil.

Martin Seligman, creador de la psicología positiva, sostiene que la felicidad se puede enseñar, basándose en hábitos y creencias modificables. En este contexto, la elección de una escuela que integre la felicidad como eje transversal se vuelve crucial para el desarrollo personal y académico de los estudiantes. En un mundo acelerado, las escuelas en red deben orientar sus procesos educativos hacia el autoconocimiento y la adquisición de habilidades para una sana construcción personal e interpersonal


 

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