
Salarios estatales 2025: entre avances, contradicciones y la sombra de la inflación
Docentes exigen el blanqueo del salario. Los aumentos, aunque sugestivos, no logran impactar en el salario, ya que los básicos son muy bajos
ActualidadAyer
El año 2025 ha sido testigo de una compleja dinámica en los salarios del sector público en Argentina, marcada por negociaciones paritarias dispares, reclamos sindicales y una inflación que, aunque moderada en comparación con años anteriores, sigue erosionando el poder adquisitivo. Mientras algunas provincias como Buenos Aires y San Luis han implementado aumentos salariales, las reacciones de los gremios –especialmente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)– han dejado en evidencia contradicciones políticas y estrategias diferenciadas según el signo del gobierno de turno.
Según datos del INDEC, la inflación acumulada entre enero y julio de 2025 alcanzó el 15,1%, con una tendencia mensual que osciló entre el 2% y el 3%. En este contexto, las provincias han buscado recomponer los ingresos de los empleados estatales, aunque con resultados desiguales. En Buenos Aires, el gobierno de Axel Kicillof acordó con ATE un aumento del 5% en dos tramos (2,5% en agosto y otro 2,5% en octubre), lo que elevará la suba acumulada en el año al 25,9%. El sindicato, liderado por Rodolfo Aguiar, celebró el acuerdo, destacando que supera la inflación proyectada. En cambio, en San Luis, donde el gobernador Claudio Poggi otorgó un 6% de aumento en julio (llevando la mejora acumulada al 31% en 2025), ATE local –encabezado por Fernando Gatica– rechazó la propuesta y amenazó con un paro general, calificándola de "insuficiente".
Lo cierto es que, más allá de los porcentajes, la foto política sigue pesando más que la estadística. Y los trabajadores estatales, atrapados entre la inflación y las contradicciones sindicales, pagan el precio. Mientras el gobierno provincial insiste en que los números son "los mejores del país", los sindicatos locales exigen mecanismos de actualización más dinámicos. La clave estará en si las paritarias de fin de año logran cerrar la brecha entre expectativas y realidad.