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La fallida criptomoneda $LIBRA, promovida por el presidente argentino Javier Milei, generó una gran crisis política e institucional en Argentina, con un impacto que aún resuena. Todo comenzó con un tuit de Milei promoviendo la inversión en este criptoactivo, lo cual desató una ola de desinformación, confusión y consecuencias negativas para el gobierno. El presidente, al parecer, compartió el mensaje sin contar con toda la información necesaria, lo que llevó a una crisis interna en su gabinete.
La noche del viernes, el presidente Javier Milei sorprendió al mundo cripto al promocionar a través de un tuit la criptomoneda $LIBRA, lo que provocó una suba explosiva en su cotización, aunque esta rápidamente se desplomó. $LIBRA es un token basado en tecnología blockchain, pero a pesar de su aparente novedad y potencial, economistas y expertos en criptomonedas expresaron preocupaciones sobre una posible estafa debido a la centralización del 80% de la oferta en solo cinco billeteras. Este hecho genera desconfianza, ya que unos pocos actores pueden manipular su precio con facilidad, lo que aumenta los riesgos de pérdida para los inversores.
En su tuit, Milei afirmó que $LIBRA era un proyecto privado destinado a financiar pequeñas empresas y emprendimientos en Argentina, y destacó que el mundo estaba interesado en invertir en el país. Sin embargo, el token, que es considerado una "moneda meme", carece de respaldo en la economía real y se basa en el entusiasmo popular generado por una figura o movimiento, en este caso los ideales de libertad vinculados al Presidente. A pesar de la promoción, fuentes cercanas a la presidencia aclararon que el proyecto es completamente privado, no tiene relación directa con Milei y que la moneda fue creada para apoyar la economía argentina, sin ningún tipo de participación oficial por parte del presidente.
El surgimiento de $LIBRA, con su falta de transparencia y respaldo económico sólido, generó dudas en la comunidad cripto, que vio con cautela este intento de vincular el activo digital con el crecimiento económico del país. En medio de la controversia, los analistas recomendaron prudencia a los posibles inversores.
Milei, conocido por tomar decisiones de manera solitaria, sin intermediarios, y por su interés en las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y las criptomonedas, no evaluó adecuadamente los riesgos del proyecto. $LIBRA fue presentado como un activo digital prometedor, pero rápidamente se conoció que los principales actores detrás del proyecto controlaban más del 75% de los tokens, lo que generó desconfianza en los inversores.
La situación empeoró cuando, en pocas horas, el criptoactivo pasó de una valoración de miles de millones de dólares a casi cero, afectando principalmente a inversores extranjeros. Esto generó un fuerte rechazo de la oposición, que acusó al presidente de involucrarse en un fraude digital. El kirchnerismo, liderado por Cristina Fernández de Kirchner, no tardó en responsabilizar a Milei, exigiendo su destitución a través de un juicio político.
El gobierno, por su parte, reaccionó abriendo una investigación en la Oficina Anticorrupción para determinar si hubo algún delito relacionado con el proyecto. Sin embargo, el daño a la imagen política de Milei ya estaba hecho, y su participación en el escándalo fue comparada por muchos con situaciones previas de desorden y caos político en el país.