El Desfinanciamiento de la Ciencia Argentina

La situación del financiamiento para la ciencia en Argentina ha alcanzado niveles críticos, como se evidenció en la reciente declaración de Alicia Caballero, presidenta de la Agencia I+D+i, durante una reunión con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Caballero afirmó que no existen fondos disponibles para abrir nuevas convocatorias ni para actualizar los montos de los proyectos de investigación vigentes, lo que ha generado un fuerte rechazo por parte de la comunidad científica.

Valeria Levi, vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), subrayó la gravedad de la crisis, destacando que esta situación no tiene precedentes en la historia democrática del país. Levi denunció que desde el inicio de la actual administración, los grupos de investigación han estado prácticamente desfinanciados, lo que ha llevado a una parálisis total en sus actividades. La falta de recursos es tan severa que muchos investigadores no pueden adquirir ni siquiera los insumos básicos necesarios para su trabajo diario.

La Agencia I+D+i, que tradicionalmente se financia con créditos internacionales de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), enfrenta un bloqueo en la ejecución de estos fondos. Caballero reconoció que aunque se pagará lo que ya está firmado, los fondos no son suficientes para cumplir con la cláusula de "mejor presupuesto válido" de los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT), que busca ajustar los montos adjudicados anualmente para contrarrestar los efectos de la inflación.

La comunidad científica considera que esta situación es un ataque deliberado al desarrollo científico del país. Levi y otros académicos como Sebastián Civallero, secretario de Ciencia y Tecnología de la UBA, han expresado que la excusa de la falta de fondos no es válida, dado que los recursos provienen de préstamos internacionales ya aprobados. Según Levi, se trata de una decisión política de no financiar la ciencia argentina, lo cual podría tener consecuencias devastadoras para el sistema de investigación del país.

Además de la paralización en los fondos de la Agencia I+D+i, el sistema científico argentino ha sufrido una serie de recortes en los últimos meses, incluyendo la reducción de becas doctorales y posdoctorales, el vaciamiento de organismos clave como el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Servicio Meteorológico Nacional, y la caída de los salarios de investigadores y docentes, en algunos casos por debajo de la línea de pobreza. Esto ha resultado en una fuga de cerebros hacia el sector privado y el exterior, exacerbada por la falta de actualización salarial coherente con la inflación.

En respuesta a esta crisis, la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT), de la que Levi forma parte, ha emitido un comunicado público buscando adhesiones para realizar una manifestación el 30 de agosto en el polo científico tecnológico, bajo la consigna "Ciencia en peligro de extinción". Con más de 8 mil firmas recolectadas hasta ahora, la comunidad científica se prepara para protestar en defensa de la ciencia argentina, buscando replicar la movilización en distintas provincias del país.