Universidades, Ciencia y Conocimiento
La ciudadania no las percibe como organizaciones de ciencia
Actualidad29 de junio de 2024Sergio QuirogaSegún la Quinta Encuesta de Percepción Publica de la Ciencia realizada en el año 2021 las universidades argentinas no son percibidas por una porción relevante de la ciudadanía como organismos de ciencia. El Diario de las Universidades que se despliega con información de las universidades publicas de San Luis y los Institutos Formadores públicos estatales, apenas publica alguna noticia de ciencia en las universidades de la geografia de San Luis. Podemos recordar que las tres misiones tradicionales de la universidad son la docencia, la extensión y la investigación. Los recursos para investigación en el seno universitario son pequeños y escasos. Asi lo han sido, sin embargo, ahora la situación es mas grave.
A esa percepcion , se suma ademas que la investigación y la construcción de ciencia en las universidades y las instituciones públicas de I+D en América Latina parece presentar una desconexión significativa con las realidades socioeconómicas de la región y la ciudadanía no parece percibirlas como organizaciones científicas.
En 1969, el físico brasileño José Leite Lopes lo expresó de manera contundente, afirmando que el cierre de una gran universidad en América Latina no alteraría el sistema económico del país. Oscar Varsavsky un destacado científico argentino cuyo trabajo y pensamiento han tenido una influencia significativa en el desarrollo de la ciencia y la tecnología en Argentina y América Latina formulo relevantes conceptos sobre la ciencia argentina y latinoamericana. Varsavsky fue conocido por su trabajo en el desarrollo de modelos matemáticos y métodos computacionales, aplicándolos a diversas áreas, incluida la investigación científica y la planificación y se destacó por su enfoque crítico hacia la planificación científica. Fue uno de los primeros en señalar que la ciencia y la tecnología deben estar alineadas con las necesidades y objetivos sociales y económicos del país, en lugar de seguir modelos importados sin adaptación local.
Una de las principales críticas de Varsavsky fue hacia el sistema científico internacional, que muchas veces imponía una agenda y una estructura de investigación que no se ajustaban a las realidades y necesidades de los países en desarrollo. Abogó por una ciencia comprometida con los problemas locales y una planificación que considerara el contexto específico de cada país. Varsavsky insistió en que la ciencia no es una actividad aislada sino profundamente conectada con la sociedad. Enfatizó la necesidad de una ciencia que contribuya al desarrollo social y económico, y que se base en una agenda de investigación que refleje las prioridades nacionales. Las ideas de Varsavsky influyeron en la creación de políticas científicas y tecnológicas en Argentina, promoviendo una mayor autonomía y una orientación hacia el desarrollo nacional. Sus ideas ayudaron a formular políticas que buscaban una mayor integración de la ciencia con las necesidades socioeconómicas del país y también jugó un papel crucial en la formación de nuevas generaciones de científicos, inculcando una visión crítica y comprometida con el desarrollo local.
Un papel histórico tuvo universidades argentinas y las instituciones públicas de I+D en la producción de conocimiento. Durante el período de 1946 a 1955, Argentina intentó avanzar en la misma dirección que las economías centrales, consolidando una política de tecnología y ciencia alineada con los objetivos de sectores estratégicos como la industria, la salud, la energía, la defensa, el agro y los recursos naturales. Este enfoque se plasmó en el Segundo Plan Quinquenal de 1952. Sin embargo, el golpe de Estado de septiembre de 1955 clausuró esta orientación mediante un proyecto refundacional que buscó la "desperonización" del Estado, cerrando procesos de aprendizaje y acumulación de capacidades. El gobierno de facto que surgió entonces impulsó la clausura de la Dirección Nacional de Investigaciones Técnicas y la creación del Conicet en 1958, con el objetivo de fortalecer la investigación académica y reorganizar la ciencia a nivel nacional. La historia es larga
La historia de la ciencia y la tecnología en Argentina y América Latina ha revelado una desconexión persistente entre la producción de conocimiento y las realidades socioeconómicas locales. Esta desconexión se debería a factores estructurales y políticos que han impedido el desarrollo de políticas públicas coherentes y sostenibles. Para transformar estas dinámicas, es crucial abordar los obstáculos institucionales y económicos que limitan la integración del conocimiento científico y tecnológico con las necesidades y oportunidades del contexto socioeconómico regional.
Por otro lado, las universidades necesitan tener estrategias de comunicación social de la ciencia que informen a la ciudadanía sobre los avances y progresos que puedan contribuir al progreso social y siendo ambiciosos, estrategias de movilización del conocimiento, en donde se conciba la construcción del conocimiento con otros actores, en el caso de las ciencias sociales y humanas. Las universidades son vistas en la sociedad argentina como instituciones donde se aprende una profesión y existen actividades de extensión, pero no como entidades donde se produce ciencia. Pero en ellas, existen tambien productores de conocimiento publico, investigadores que generan procesos y productos destinados al desarrollo y al progreso social con fondos publicos, de acuerdo a las politicas nacionales de ciencia y tecnologia. Los gestores del estado y las universidades tienen la palabra.
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