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Un debate que divide las aulas
ActualidadHace 2 horasLa reciente decisión de la Escuela Asistencial N° 36 Gobernador Dr. Carlos Allric de Villa Mercedes de prohibir el uso de teléfonos celulares dentro de sus instalaciones a partir del ciclo lectivo 2026, resulta controversial, gabilita debates y no es un hecho aislado. Es un capítulo más de un intenso debate pedagógico que resuena en sistemas educativos de todo el mundo. Mientras la institución local argumenta que la medida busca "mejorar el rendimiento académico, fomentar el vínculo interpersonal y reducir el ciberacoso", esta postura choca frontalmente con la visión de quienes defienden el potencial educativo de estos dispositivos.
Una medida que sin duda necesita de un análisis crítico de la problemática, examinando a fondo las ventajas y desventajas del smartphone en el aula, y recogiendo las voces de expertos que se posicionan en ambos lados de la trinchera educativa. El anuncio refleja una postura clara: la prohibición como solución a problemas concretos.
La medida responde a una necesidad legítima de muchos educadores: recuperar la atención del alumno y el control del ambiente áulico. Es una solución aparentemente simple y directa a un problema complejo. Sin embargo, los críticos de este enfoque argumentan que es una medida paliativa que no educa en el uso responsable y que ignora la realidad digital en la que viven los estudiantes. La escuela se enfoca en los riesgos como la distracción o el iberacoso, por encima de las oportunidades. Si bien los riesgos son reales, una política educativa integral podría abordar ambos aspectos: mitigar los primeros y potenciar los segundos. El conflicto subyace en una brecha generacional. Los estudiantes son "nativos digitales" que utilizan estos dispositivos de forma intuitiva e integrada en sus vidas. El sistema educativo, a menudo liderado por "inmigrantes digitales", lucha por adaptarse, optando en muchos casos por la prohibición ante la dificultad de la regulación.
Cuando se integra con una estrategia pedagógica clara, el smartphone puede transformarse en una poderosa herramienta educativa en cuanto a que permite consultar datos, definiciones, noticias y fuentes primarias en segundos, enriqueciendo las discusiones en clase y fomentando la curiosidad. Las cámaras permiten grabar experimentos o crear contenido audiovisual; las apps de grabación de audio sirven para registrar entrevistas o debates; las aplicaciones de notas y calendarios ayudan en la organización estudiantil. Ademas, el uso de aplicaciones como Kahoot! (para quizzes), Duolingo (para idiomas), GeoGebra (para matemáticas) o Google Classroom transforma el aprendizaje en una experiencia más dinámica y gamificada. Facilita el trabajo en grupo a través de herramientas como Google Drive, Trello o WhatsApp, permitiendo la colaboración sincrónica y asincrónica fuera del horario escolar. Cada estudiante puede aprender a su propio ritmo, acceder a recursos adaptados a sus necesidades (videos tutoriales, podcasts, textos de diferente complejidad) y desarrollar habilidades autodidactas.
Los argumentos que justifican su prohibición o restricción severa son igualmente sólidos. El dispositivo Es el principal argumento en su contra. Las notificaciones de redes sociales, juegos y mensajes fragmentan constantemente la atención, impidiendo la concentración profunda necesaria para el aprendizaje. El "multitasking" es, en realidad, un cambio constante de foco que reduce la retención y la calidad del trabajo. El uso no autorizado interrumpe no solo al usuario, sino a todo el grupo. Además, genera un ruido de fondo de actividades clandestinas que mina la autoridad del docente. El aula, lejos de ser un refugio, puede convertirse en un escenario más para el acoso digital. La inmediatez y el anonimato relativo que ofrece el dispositivo facilitan estas prácticas dañinas. Ademas, no todos los estudiantes tienen el mismo modelo de smartphone o acceso ilimitado a datos, lo que puede generar situaciones de desigualdad y exclusión dentro del aula. El uso excesivo se ha vinculado a problemas de ansiedad, falta de sueño y reducción de las interacciones cara a cara, afectando el desarrollo de habilidades sociales fundamentales.
La comunidad educativa y científica está profundamente dividida ya que mientras algunos lo alientan, otros lo prohiben. Francesc Pedró, Director de la UNESCO IESALC aboga por una "pedagogía de integración" de la tecnología. Sostiene que prohibir es "una solución perezosa" y que el desafío es formar a los docentes para que sepan utilizar estos dispositivos de manera didáctica. La clave está en la formación, no en la prohibición. Marc Prensky, creador del término "Nativo Digital": Argumenta que el sistema educativo debe evolucionar para conectar con la realidad de los estudiantes. Para él, los teléfonos son una parte integral de sus vidas y herramientas poderosas si se redirigen hacia fines educativos.
El Modelo BYOD (Trae Tu Propio Dispositivo) promovido por muchas instituciones innovadoras, este modelo aprovecha la tecnología que los estudiantes ya poseen, reduciendo costos para la escuela y preparándolos para un entorno laboral donde el uso de tecnología personal es común. La condición es una política de uso clara y una infraestructura de red robusta.
Manuel Castells, sociólogo señala que aunque no aboga por una prohibición general, es muy crítico con el uso no regulado. Señala que la sobreestimulación digital puede atrofiar la capacidad de reflexión profunda y crítica, esenciales para el aprendizaje. Jonathan Haidt, psicólogo social: En su libro "The Anxious Generation", Haidt presenta una postura firme, ya que vincula el aumento de la ansiedad, la depresión y los problemas de atención en adolescentes al uso masivo de smartphones y redes sociales. Recomienda prohibir su uso en las escuelas y retrasar lo máximo posible su adquisición por parte de los niños.
En Francia desde 2018, por ley, se prohíbe el uso de teléfonos móviles en las escuelas primarias y secundarias para todos los estudiantes menores de 15 años. El argumento central es proteger a los alumnos de la distracción y fomentar la socialización en el patio. En Finlandia y Corea del Sur, países con sistemas educativos de excelencia han implementado políticas muy restrictivas, priorizando la concentración y la interacción física por encima de la integración digital constante en el aula.L
La decisión de la escuela en Villa Mercedes es comprensible dentro de un contexto de frustración y búsqueda de soluciones inmediatas. Sin embargo, la polarización del debate "a favor o en contra" puede ser contraproducente. La solución no parece residir en la prohibición absoluta ni en la libertad total, sino en el desarrollo de políticas educativas inteligentes y contextuadas. Un posible camino medio incluiría reglas claras como establecer momentos "on" y "off" para el uso del dispositivo. Por ejemplo, prohibirlo en el patio y en las horas de clase a menos que el docente lo solicite expresamente para una actividad, la incorporaración en el currículo sobre la enseñanza de su uso responsable, privacidad, detección de noticias falsas y gestión de la huella digital.
En cuanto a la formación docente se deberia capacitar a los educadores para que puedan diseñar actividades que integren el smartphone de manera significativa y no como un mero sustituto de un libro de texto ei Involucrar a los estudiantes en la creación de estas normas, explicando el "porqué" de las mismas, para fomentar la responsabilidad y el autocontrol.
El smartphone, es una herrmaienta mas, pero tambien un instrumento de conocimiento poderoso ya que en las redes existe la información materia prima para el conociomiento. no es ni bueno ni malo por sí mismo.
Es una herramienta de un poder extraordinario y el verdadero desafío de instituciones escasamente modernizadas, como las escuelas del no es alejarlo, sino aprender a domar su potencial para convertirlo, de una vez por todas, en un verdadero aliado para la formación de ciudadanos críticos y preparados para el futuro en correpodencia con el siglo XXI.
Teatro
¡Porque los docentes argentinos deben reclamar continuamente?
Espectáculo musical único cuyos fondos serán destinados a trabajos de mejora y refacción de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz