La desigualdad en la Argentina

En los primeros meses del gobierno de Javier Milei en 2024, la desigualdad económica en Argentina experimentó un aumento significativo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El coeficiente de Gini, un indicador que mide la desigualdad en la distribución del ingreso, alcanzó un valor de 0,467 en el primer trimestre de 2024, lo que representa un incremento notable respecto al mismo período del año anterior, cuando era 0,446. Este valor también supera el nivel de desigualdad registrado durante el peor momento de la pandemia, en 2020 (0,451), y es el más alto desde 2008, según resulta de un informe de Chequeado.

El coeficiente de Gini refleja una brecha creciente entre los sectores de ingresos más altos y más bajos. En el primer trimestre de 2024, el ingreso de las familias más ricas era 15 veces superior al de las más pobres, según el cálculo de la diferencia entre el decil más alto y el decil más bajo de ingresos familiares. Este aumento en la desigualdad se da en un contexto de ajuste económico llevado a cabo por el gobierno de Milei, lo que ha generado un impacto profundo en los niveles de pobreza y distribución de la riqueza.

Expertos como Laura Golovanesky y Laura Caullo explican que este aumento en la desigualdad se debe, en parte, a la caída en el número de trabajadores registrados, al aumento de trabajadores informales y a la erosión del poder adquisitivo de las familias debido a la alta inflación. Las familias más ricas no solo ganan mucho más que las más pobres, sino que también la brecha se está ampliando, reflejando las dificultades económicas del país bajo el actual gobierno. La desigualdad también es un fenómeno de largo plazo en la historia de Argentina, aunque el actual contexto refleja un empeoramiento notable.

Este aumento de la desigualdad, medido a través del coeficiente de Gini, subraya la creciente polarización económica en el país, con un mercado laboral cada vez más desigual y una inflación que sigue afectando severamente a las clases más bajas. En el primer trimestre de 2024, la desigualdad en Argentina alcanzó niveles preocupantes, con un coeficiente de Gini de 0,467, un aumento respecto a 2023 (0,446), que refleja una brecha creciente entre los sectores más ricos y los más pobres. La situación empeoró respecto a 2020, cuando la pandemia también había incrementado la desigualdad, aunque no a los niveles actuales. La brecha de ingresos entre las familias más ricas y las más pobres se ha ampliado, con las familias más adineradas ganando hasta 15 veces más que las de menores recursos.

Este fenómeno ha sido influido por las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei, que incluyen una reducción en el empleo registrado, el aumento de la informalidad laboral y una inflación alta que ha erosionado los ingresos de las familias, especialmente las de menores recursos. La desigualdad, medida por el coeficiente de Gini, es el valor más alto desde 2008, y expertos señalan que el ajuste económico está afectando de manera directa la distribución del ingreso en la sociedad argentina. La disparidad entre los sectores más altos y bajos de la población sigue creciendo, y este escenario presenta desafíos importantes para las políticas sociales y económicas del país en 2024.
 

Fuente: Chequeado