La doctora Paula Arenas, subjefa del equipo de trasplante del hospital 'Carrillo', destacó la importancia de la donación de órganos como un acto de solidaridad indispensable para salvar vidas. En este sentido, instó a la población a tomar conciencia de que "sin donación, no existe el trasplante" y subrayó que, aunque el momento de decisión puede ser doloroso, este gesto permite que múltiples personas tengan una segunda oportunidad de vida.
El hospital 'Carrillo' realizó su segundo trasplante renal, que fue posible gracias a una donación cadavérica proveniente de Santiago del Estero en el marco de un operativo nacional multiorgánico. El receptor, un paciente joven que llevaba 24 años en terapia de diálisis y había sido trasplantado en su infancia, ahora cursa un posoperatorio favorable con una función renal aceptable. Arenas explicó que, a pesar de las horas de isquemia, el órgano era de excelente calidad. La doctora enfatizó que la diálisis es solo un tratamiento paliativo que no detiene el deterioro progresivo de la función renal debido a la enfermedad subyacente. Por ello, destacó que el trasplante es el único tratamiento curativo capaz de transformar la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles vivir de manera más plena y prolongada.
El reciente donante cadavérico permitió salvar y mejorar la vida de ocho personas al aportar órganos como riñones, hígado, pulmones y corazón. Arenas subrayó el enorme potencial de un solo acto de generosidad para beneficiar a muchas personas que de otro modo continuarían en tratamientos paliativos con una calidad de vida limitada. A pesar del logro de realizar dos trasplantes renales en menos de un mes, la continuidad de estas operaciones depende en gran medida de la conciencia social sobre la donación de órganos. Arenas enfatizó que es fundamental que las familias, incluso en situaciones de pérdida dolorosa, consideren la donación como un acto altruista que puede marcar la diferencia para otros pacientes en lista de espera.