La clase baja en Argentina alcanza el 53%

Actualidad11 de agosto de 2024
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Es evidente la transformación de la estructura social en Argentina, donde el dato mas relevante es la disminución de la clase media como el estrato predominante en la sociedad. A pesar de la persistente percepción de pertenencia a la clase media por parte de muchas personas, la realidad económica refleja un cambio significativo debido a la pérdida de poder adquisitivo, lo que dificulta mantener este estatus.

El aumento de la pobreza en Argentina, el desempleo, la falta de productividad del pais, las politicas erraticas ha hecho que aquellos considerados de clase media en otros años, hoy no lo sean. La clase baja alcanza en el pais el 53 por ciento y se convierte con el sector social mas importante de Argentina.

Según un análisis de la consultora W, dirigida por Guillermo Olivetto, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer trimestre de 2024, para ser considerado parte de la clase media alta en Argentina, un hogar debe tener un ingreso mensual neto de al menos USD 1.800, medido al dólar libre de ese período (aproximadamente $1.000). Para pertenecer a la clase media baja, el ingreso mínimo debe ser de USD 900, mientras que para la clase baja superior (no pobre), el umbral es de USD 800. Los hogares en situación de pobreza tienen un ingreso de alrededor de USD 280. Estos valores son contrastados con el salario mínimo vigente, que equivale a USD 193, calculado con la cotización del dólar a $1.355.

La distribución de la población por estratos sociales es la siguiente: el 37% de la población pertenece a la clase baja, el 16% a la clase baja superior, el 25% a la clase media baja, el 17% a la clase media alta, y solo el 5% a la clase alta.

El informe también resalta un fenómeno preocupante: la pérdida de la identidad histórica de Argentina como un país de clase media. Olivetto señala que el imaginario colectivo de la clase media se está debilitando, con muchas personas experimentando una especie de shock al darse cuenta de que, según los indicadores económicos, han caído en la pobreza, aunque emocionalmente aún no lo asimilen. Este proceso de deterioro económico y social ha sido gradual, pero en los últimos meses se ha acelerado, afectando profundamente la autoidentificación y percepción de los argentinos sobre su estatus social.
 
 

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