Javier Milei acelera en las redes sociales

Javier Milei, el presidente argentino está acelerando sin concesiones desde las redes sociales, rompiendo puentes con el PRO y encaminándose hacia los meses más complejos de su gestión. Su estrategia se apoya en la "minoría intensa" libertaria, buscando edulcorar el impacto del ajuste. El caso Chubut ha abierto una complicada disputa con los gobernadores de diferentes partidos políticos. 

En su artículo "Redes sociales para gobernar: Una mirada de América Latina", Mario Riorda explora la relación entre los gobiernos y las redes sociales en la región. Se destaca la tendencia de los líderes políticos a utilizar estas plataformas más como un medio de difusión que como un canal de interacción. Riorda menciona la "electoralización de la comunicación gubernamental", donde las redes se utilizan para promover políticas públicas como promesas o arengas, manteniendo una inercia electoral en la gestión.

Mario Riorda señala que "hay una fuerte tentación de llevarla comunicación política al terreno electoral. Y, cuando ello sucede, la comunicación gubernamental, menos estridente, es la gran perjudicada. Ya sea porque es la única que siempre está presente –nunca descansa–, ya sea porque se ve inundada de electoralización, se confunde, se estresa. Lo mismo sucede cuando se habla de redes sociales asociadas a los efectos electorales. Los líderes políticos no dialogan: prometen o arengan. El gobernauta está naciendo, pero está lejos de ser una realidad" en su texto Redes sociales para gobernar Una mirada de América Latina.La falta de interacción real y la baja respuesta a los ciudadanos plantean desafíos para aprovechar plenamente el potencial de las redes sociales en la gobernanza.

Milei esta decidido a gobernar y disciplinar a través de las redes sociales, enfrenta los desafíos de los próximos meses sin buscar consensos políticos y apoyándose en las encuestas que, según su equipo, aún reflejan un nivel de aprobación similar al de fines de diciembre. Su enfoque se centra en las variables macroeconómicas, como la eliminación del déficit fiscal, la acumulación de reservas y la estabilización del dólar.

El presidente busca dolarizar la economía mediante la eliminación del cepo y la atracción de inversiones, aunque este objetivo se percibe como lejano. La situación socioeconómica es considerada alarmante, pero el gobierno no está dispuesto a alterar su hoja de ruta. La estrategia se basa en la idea de que una parte significativa de la población está dispuesta a esperar seis meses o más para ver mejoras.

Milei, asesorado por Santiago Caputo, está convencido de que su programa económico de ajuste no necesita consensos, ya que le basta con la "minoría intensa". La relación entre Milei y Mauricio Macri enfrenta tensiones, ya que el ex presidente está preocupado por el estilo intransigente de Milei y el costo social del ajuste. La posibilidad de un acuerdo entre Milei y el PRO parece esfumarse, y la confrontación pública con gobernadores complica aún más el panorama.

El conflicto con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, ha generado un dilema para Macri, quien se encuentra en una situación incómoda al presidir el PRO y lidiar con la intensidad y agresividad de Milei. La posibilidad de un frente común entre ambos espacios el próximo año aún está en juego, pero la relación actual entre ambos líderes políticos sigue siendo una incógnita. La escalada en el conflicto con los gobernadores desencadena especulaciones sobre posibles cambios en áreas clave del gobierno.