Democracia y el arte de pactar

El presidente Javier Milei ha mantenido una decidida postura de – no negociación - desde que asumió el gobierno, a pesar de que tiene un pequeño número de legisladores de su partido. Los defensores del nuevo gobierno de La Libertad Avanza (LLA) encabezado por Javier Milei en Argentina, destacan que Milei fue elegido democráticamente con el 55,65% de los votos en elecciones reconocidas como libres y transparentes. A pesar de las críticas y protestas, no se observa el uso de la fuerza represiva por parte del gobierno.

Milei expresa su molestia con el Congreso y el Poder Judicial, pero ambas instituciones siguen funcionando dentro del marco de legalidad democrática. A pesar de las críticas de periodistas y panelistas en los medios de comunicación, no hay intimidación y se permite el cuestionamiento libre. Se argumenta que estos aspectos demuestran que Milei no representa una dictadura. Sin embargo, la pregunta planteada es si Milei es un verdadero representante de la democracia, particularmente la que respalda la Constitución Nacional argentina, que establece un gobierno representativo, republicano y federal. La división de poderes y el sistema federal en la Constitución son esenciales para garantizar una democracia equilibrada y respetuosa de los principios constitucionales. Su enfoque de cierto tono autoritario, esta pergeñado en la pureza de las ideas y contradice la propia esencia de la política.

En contraste, Marga León, en su obra "El arte de pactar", examina las bases del bienestar en Europa durante los "treinta gloriosos años" del Estado del Bienestar posterior a la Segunda Guerra Mundial. Margarita León es profesora de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona. Investiga sobre política pública comparada y reforma de los Estados de bienestar. El texto se refiere al Estado de bienestar que supone cerca del treinta por ciento de la riqueza nacional en Europa. Respalda un elevado gasto público en educación, sanidad, vivienda, prestaciones, subsidios y servicios sociales. Más allá de las políticas concretas, el Estado de bienestar es una institución democrática que trata de garantizar un equilibrio entre libertades individuales y exigencias colectivas. Sin embargo, hoy afronta cambios y amenazas desde distintos frentes, que ponen en riesgo la cohesión social: algunos son fruto de su éxito, como el envejecimiento demográfico o la revolución tecnológica, y otros, como el crecimiento de la desigualdad o la crisis climática, de décadas de hegemonía neoliberal. 

La profesora de Ciencia Política en la Universitat Autònoma Barcelona (UAB) y experta en políticas públicas, Marga León, en su libro "El arte de pactar". En medio de la polarización política, aborda la necesidad de consensos políticos a largo plazo, especialmente en temas clave como impuestos e igualdad, para enfrentar retos como el futuro del Estado del bienestar. El texto destaca que los gobiernos de todo el mundo tratan de hacer frente a emergencias sociales, económicas y sanitarias, sin abordar soluciones estructurales. La autora analiza y contrasta el desarrollo de los Estados de bienestar hasta el presente, explorando las oportunidades para el acuerdo político en un clima de creciente polarización social y política: ¿es posible recuperar y reformular ese espacio de consenso?, ¿lograr un pacto político que restaure el equilibrio entre generaciones?, ¿que afronte el reto demográfico y tecnológico?, ¿qué persevere en la lucha contra la desigualdad y la pobreza?, ¿que concilie justicia climática y justicia social? 

León destaca que la polarización es atractiva para los medios y ejercida por diversos partidos, no solo la extrema derecha. Aunque reconoce la amenaza de Vox, señala que incluso dentro de la izquierda ha habido rupturas de consensos, como en la igualdad de género. En cuanto al Estado del bienestar, León destaca que no funciona como un ascensor social debido a la creciente desigualdad y la complejidad de las sociedades actuales. Señala la necesidad de mejorar las prestaciones familiares y aboga por un aumento en el gasto social. En el tema fiscal, destaca que España mantiene una distancia significativa en presión fiscal con respecto a la media europea. Propone redistribuir el presupuesto destinado al gasto social y aborda el problema cultural de entender que los servicios públicos se pagan.

León aboga por sacar ciertos temas, como la reforma fiscal, de la contienda política y sugiere discutirlos en comisiones parlamentarias en lugar del Parlamento para evitar la polarización mediática. En cuanto a la cultura de coalición, señala la falta de experiencia en España y la necesidad de aprender a pactar. Destaca el éxito del Pacto de Toledo para sacar el tema de las pensiones de la contienda electoral y sugiere identificar otros temas sensibles que necesitan consenso. El diálogo social señala – es un ejemplo de éxito en la última legislatura, destacando la importancia del talante de las personas involucradas en las negociaciones.

León destaca que este periodo de igualdad se logró mediante la conjunción de un proyecto de consolidación democrática y participación política, respaldado por políticas sociales universales que buscaban la cohesión social mediante la redistribución de la riqueza y el control keynesiano de la economía. La autora explora cómo diferentes actores, como la Democracia Cristiana en Alemania o la confluencia entre la clase trabajadora urbana y rural en los países nórdicos, contribuyeron a la formación de sistemas de bienestar específicos.

Sin embargo, León señala que en la década de 1970 comenzó a surgir un discurso contrario al Estado de Bienestar en Occidente, criticando un estado sobredimensionado y disfuncional. Aunque reconoce los problemas burocráticos, también argumenta que la privatización no mejoró la eficiencia y aumentó la desigualdad. Destaca la importancia de que aquellos en desventaja se conviertan en una fuerza política capaz de movilizarse y articular demandas para revertir la injusticia social. Las referencias al modelo de Estado de Bienestar español, revisa los pactos alrededor de políticas como las pensiones y explora cambios en áreas de menor consenso, como la educación. La cuestión territorial genera un modelo híbrido donde el dinero fluye entre niveles estatal, autonómico y local.

En un reciente artículo Yanina Welp concluye con tres reflexiones. En primer lugar, destaca que el léxico de la emergencia no favorece soluciones a largo plazo. En segundo lugar, señala que el enfoque en emergencias puede llevar a ignorar otras prioridades importantes. Por último, advierte sobre el riesgo de erosionar principios democráticos mediante un marco de emergencia y seguridad nacional. León aboga por replantear estrategias y discursos, invitando a la acción política y al "extraño arte de pactar".