UBA lanzó una campaña de apoyo contra el recorte de presupuesto de Milei

La Universidad de Buenos Aires (UBA) ha emprendido una campaña para hacer frente al recorte presupuestario impuesto por el gobierno de Javier Milei, en un momento de crisis económica exacerbada por una inflación del 276% desde octubre de 2022. La UBA busca crear conciencia sobre el impacto de este ajuste presupuestario y recolectar firmas para recuperar los recursos perdidos.

La campaña, difundida en redes sociales, destaca el rol fundamental de la UBA en la formación de profesionales que contribuyen a la sociedad. Sin embargo, el presupuesto asignado para 2024 sigue siendo el mismo que en 2022, lo que dificulta enormemente el funcionamiento de la institución.

El director del Ciclo Básico Común (CBC) de la UBA, Felipe Vega Terra, ha detallado los problemas derivados de esta situación, advirtiendo que actividades básicas de la universidad están en riesgo. Explica que el presupuesto universitario se destina mayormente a sueldos, dejando una parte mínima para gastos operativos, los cuales se mantienen congelados desde enero de 2023.

La UBA, siendo una de las instituciones educativas más importantes de Argentina y reconocida a nivel mundial, se enfrenta a dificultades para mantener la calidad académica, infraestructura adecuada, servicios esenciales y la realización de investigaciones científicas.

Ante la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades educativas, la preocupación en la UBA es palpable. Aunque se comprometen a hacer todo lo posible para mantener las clases y seguir contribuyendo al desarrollo profesional y social, la incertidumbre persiste.

La UBA ofrece carreras como Medicina, Biología, Química o Bioquímica, que requieren insumos de laboratorio cuyos precios se han disparado debido a la devaluación del dólar oficial. Con un presupuesto no actualizado y una inflación del 237%, adquirir estos insumos se vuelve prácticamente imposible.

El recorte presupuestario impuesto a la UBA amenaza con reducir la calidad educativa, limitar la investigación científica y afectar el prestigio internacional de la institución, lo que representa un desafío significativo para el futuro de la educación superior en Argentina.
 

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