Conocimiento en Movimiento

El texto explora en profundidad la movilización del conocimiento (MK), un proceso complejo que busca transferir y aplicar los resultados de la investigación académica a la sociedad para influir positivamente en políticas públicas y prácticas profesionales. La MK se descompone en varias dimensiones:

La generación y producción local de conocimiento se refiere a la creación de saberes en contextos específicos, considerando las realidades locales. Además,  Implica la adaptación del conocimiento generado a formatos comprensibles para distintos públicos y su transmisión a los sectores interesados y se basa en la colaboración entre investigadores, instituciones y usuarios finales, buscando que el conocimiento se enriquezca a través de la interacción mutua. También consiste en la puesta en práctica del conocimiento en contextos reales, la comunicación efectiva del conocimiento a través de diferentes canales y formatos y el seguimiento del impacto y la efectividad de las estrategias de MK, con indicadores como la adopción de políticas basadas en evidencia y la generación de nuevas prácticas.
El texto destaca la interacción de la MK con dinámicas globales, tales como factores económicos, políticos, tecnológicos y culturales, al tiempo que subraya la importancia de aspectos culturales y sociales como la justicia social y las desigualdades. En este marco, los actores (investigadores, instituciones y usuarios) interactúan con sistemas complejos (estructuras organizativas, políticas y normas) para fomentar un intercambio bidireccional entre teoría y práctica, reduciendo la brecha entre ambas esferas.

 
El concepto de movilización del conocimiento surge de la necesidad de replantear la función social de la investigación. Más allá de la producción de resultados con valor académico, se enfatiza la importancia de que dichos resultados puedan aplicarse para abordar problemáticas sociales concretas. Desde un enfoque crítico, se sostiene que la ciencia no debería limitarse a la descripción del mundo, sino que debe aspirar a su transformación activa. Este paradigma defiende que el conocimiento tiene un potencial emancipador, capaz de cuestionar y modificar estructuras de desigualdad y contribuir a la justicia social.

En este marco, la movilización del conocimiento no debe entenderse como una fase posterior a la generación de resultados, sino como un proceso transversal que abarca desde la definición de los temas de estudio hasta la evaluación del impacto de la investigación. Se trata de un enfoque integral donde la producción de saberes, su traducción a diferentes contextos y su aplicación práctica se retroalimentan continuamente, promoviendo una ciencia comprometida con la mejora de la realidad social.

Quiroga afirma que la movilización del conocimiento es un concepto poco conocido y practicado en América Latina, pero ampliamente abordado en universidades canadienses como la Universidad de Ottawa. Allí, la MK se entiende como la transferencia y aplicación efectiva del conocimiento académico para impactar positivamente en la sociedad. Diversos autores han aportado definiciones complementarias:

El texto concluye resaltando la necesidad de planes de Movilización del Conocimiento, institucionales, bien estructurados, considerando los elementos fundamentales (qué, por qué, quiénes, cómo y cuándo) para maximizar el impacto del conocimiento en la sociedad.