El deporte argentino en Paris 2024

La delegación argentina en los Juegos Olímpicos de París 2024. tuve una buena actuacion, si se tiene  en cuenta la falta de infraestructura deportiva y de becas a los deportistas argentinos. A pesar de las tres medallas obtenidas (un oro, una plata y un bronce) y los seis diplomas alcanzados, Argentina terminó en la posición 52 del medallero, un resultado que, en términos numéricos, no cumplió con las expectativas iniciales.

La delegación argentina esperaba conseguir al menos cuatro medallas, pero solo logró tres. El oro inesperado vino de José "Maligno" Torres en ciclismo BMX Freestyle, quien salvó a Argentina de un ciclo olímpico sin títulos, como ocurrió en Tokio 2020. La plata fue conquistada por la dupla de yachting formada por Eugenia Bosco y Mateo Majdalani en la categoría Nacra 17, y el bronce por la selección femenina de hockey sobre césped, conocidas como Las Leonas, quienes continúan siendo una potencia en su disciplina, aunque no lograron alcanzar el oro al caer en semifinales ante los Países Bajos.

El fútbol y el rugby, dos disciplinas en las que Argentina tenía grandes esperanzas, fracasaron en su intento de conseguir medallas. El equipo de fútbol, que contaba con varios campeones del mundo de Qatar 2022, y Los Pumas 7s, que venían de una excelente temporada, fueron eliminados en los cuartos de final, dejando una sensación de oportunidad perdida.

La falta de una política deportiva coherente y la escasa infraestructura disponible para el desarrollo de atletas de alto rendimiento en Argentina es un deficit que se siente desde hace años. Este déficit se refleja en la delegación más pequeña enviada a unos Juegos Olímpicos desde Barcelona 1992, compuesta por 136 atletas, muchos de los cuales debutaban en esta instancia y son muy jóvenes, lo que pone en evidencia un proceso de recambio generacional.

La ausencia de un proyecto deportivo nacional a largo plazo que trascienda los gobiernos de turno. El último esfuerzo serio en este sentido fue el programa de Buenos Aires 2018, diseñado para los Juegos Olímpicos de la Juventud, que tuvo como objetivo desarrollar jóvenes talentos, muchos de los cuales no pudieron mantenerse en el alto rendimiento por falta de apoyo continuo.

Además, se critica que el apoyo económico significativo para los atletas llega solo después de que consiguen resultados importantes, lo que deja a muchos sin los recursos necesarios para prepararse adecuadamente. Las becas del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), aunque útiles, no son suficientes para cubrir todas las necesidades de los deportistas, lo que subraya la precariedad en la que se encuentra el deporte de alto rendimiento en Argentina.

Debemos  valorar los logros de los atletas argentinos, incluso aquellos que no se tradujeron en medallas, no es conformarse con poco, sino reconocer la realidad en la que viven y entrenan. Esta realidad es producto de un país que carece de políticas deportivas efectivas y de planificación estratégica a largo plazo, lo que limita las posibilidades de alcanzar un desempeño más competitivo en el escenario internacional.
 
 
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