Peter Higgs muere a los 94 años

Peter Higgs, un destacado físico cuyo nombre quedará para siempre ligado al descubrimiento del bosón de Higgs, a menudo referido como la 'partícula de Dios', falleció a los 94 años en su hogar en Edimburgo, Escocia. La noticia de su muerte marcó el final de una vida dedicada a la búsqueda del conocimiento en el campo de la física fundamental.

En 1964, mientras trabajaba como profesor asistente en la Universidad de Edimburgo, Higgs formuló la idea de una nueva partícula que explicaría cómo otras adquieren masa. Este concepto, conocido como el bosón de Higgs, se convertiría en un pilar fundamental del modelo estándar de la física de partículas, representando un hito en la comprensión humana de las partículas elementales y las fuerzas fundamentales que dan forma al universo.

A pesar de su relevancia histórica, Higgs era conocido por su modestia y su preferencia por la vida tranquila. Evitaba la fama y las comodidades modernas como la televisión y el correo electrónico, y disfrutaba de la naturaleza. Su enfoque en la investigación lo llevó a ser un pionero en la teoría que lleva su nombre, aunque inicialmente no estaba convencido de su importancia.

El reconocimiento global llegó en 2012 cuando el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) confirmó la existencia del bosón de Higgs, lo que generó una ovación para Higgs en el CERN, la organización que alberga el LHC. Aunque este logro le valió el Premio Nobel de Física al año siguiente, Higgs mantuvo su humildad y rechazó la ostentación, prefiriendo celebrar con una lata de cerveza en lugar de un champán.

Nacido en 1929 en Newcastle-upon-Tyne, Inglaterra, Higgs mostró interés por la física desde temprana edad, influenciado por su educación en el mismo colegio que el eminente físico Paul Dirac. Después de graduarse en Física en el King's College de Londres, Higgs continuó su carrera académica y eventualmente se estableció en Edimburgo, donde realizó importantes contribuciones a la física teórica.

El legado de Higgs trasciende el ámbito científico, dejando una marca indeleble en la comprensión de la naturaleza fundamental del universo. Su trabajo ha inspirado generaciones de científicos y ha abierto nuevas vías de investigación en la búsqueda de respuestas a los misterios del cosmos. Aunque su partida deja un vacío en la comunidad científica, su legado perdurará como un faro de conocimiento y descubrimiento.